El pasado 21 de abril falleció nuestro admirado Vicente Saavedra. Desde Sensograma queremos dar las condolencias a su familia y amigos, rememorando la figura de un arquitecto que nos legó obras como TenBel o el Colegio de Arquitectos de Tenerife, además de promover la I y II Exposición de Escultura en la Calle. Una pérdida enorme para el mundo de la cultura en Canarias. De su historia personal salió la idea de ‘Para crear un paraíso’, el proyecto documental impulsado por Alejandro Krawietz y dirigido por David Baute que Sensograma produce. Va por ti, querido amigo.

En paralelo a la Berlinale se celebra cada año el European Film Market y, dentro de él, el Visitors Programme. ‘Para crear un paraíso’ quedó seleccionado para acudir a este foro de coproducción, junto a otros dos proyectos de Aarón Melián y Jorge Guimerá. Semanas más tarde tuvo lugar en Helsinki una reunión organizada por la Canary Islands Film con distintas productoras finesas, a la que también se invitó a Sensograma para buscar alizanzas en el país báltico.

A mediados de noviembre de 2019 se publicaron los proyectos seleccionados para las ayudas al audiovisual de TEA/Cabildo de Tenerife en sus distintas modalidades. ‘Para crear un paraíso’, nuestro proyecto documental inspirado en el Libro Verde del arquitecto Vicente Saavedra, quedó elegido dentro de la modalidad de largometraje.

El pasado 28 de octubre tuvo lugar la última jornada del festival en El Tanque de Santa Cruz de Tenerife, en la que, además de Monocroma, actuaron Pony Bravo, Gonja Sufi, Major Tom, Ville Rowland o Gaba. Según Dirty Rock: ‘ Y llegaba Monocroma, sublimes in crescendo. Nos atraparon con sus sonidos, evocando bandas sonoras a lo Tarantino, Morricone y a doradas playas de California. Presentaron su EP «Volver a la tierra». Y nos devolvieron particular e individualmente a esa parcela de cada uno de nosotros. Guitarra, bajo -que no se escuchaba lo suficiente- y extraordinaria batería. Estos chicharreros afincados en Amsterdam fueron la sorpresa de la noche. Fueron el trampolín para el desparrame final. La única pega del concierto: un sector del público que, cual gallinero, no respetó lo que estaba sucediendo en el escenario.’